lunes, 2 de julio de 2012

Karel Kosik, Dialéctica de lo concreto


Karel Kosik, Dialéctica de lo concreto

Introducción

Karel Kosik joven filósofo checo, nacido en Praga en 1926, Militante del partido comunista de Checoslovaquia participe en la lucha clandestina contra el nazismo.

Kosik rescata para una temática marxista, en la que hasta ahora casi nadie había encontrado acomodo, esta de la del “mundo de la pseudoconcrecion”, es decir, el mundo de la praxis fetichizada, unilateral, en el que los hombres y las cosas son objeto de manipulación. Se trata del mundo de la vida cotidiana de los individuos en las condiciones propias de la división capitalista del trabajo, de la división de la sociedad en clases.

No solo integra en el marxismo una temática, que por haber sido impuesta por la propia realidad (la de la cosificación, enajenación y falsa conciencia de los individuos en la vida cotidiana) reclama nuestro análisis, sino que toma como la del conocimiento y les da un sesgo aparentemente nuevo.

El capital explica claramente las relaciones entre estructura social y  praxis y, sobre todo, demuestra que el hombre concreto no puede ser reducido al sistema, la reducción del hombre a una parte del sistema (como homo oeconomicus) lejos de ser propia de Marx es lo más opuesto a él.

En pocas palabras, Kosik nos ofrece su propia interpretación del capital.

El mundo de la Pseudoconcrecion y su destrucción

La dialéctica trata de la “cosa misma”. Pero la “cosa misma” no se manifiesta inmediatamente al hombre. Por esa razón, el pensamiento dialectico distingue entre representación y concepto de las cosas (por ella entiende no solo dos formas y grados del conocimiento de la realidad, sino dos cualidades de la praxis humana). Un ser que actúa objetivamente y prácticamente, la de un individuo histórico que despliega su actividad practica con respecto a la naturaleza y los hombres y persigue la realización de sus fines e intereses dentro de un conjunto determinado de relaciones sociales.

Es decir:

La realidad, se presenta al hombre como el campo en que ejerce su actividad práctico-utilitaria y sobre cuya base surge la intuición práctica inmediata de la realidad, con base a esta relación el hombre forma sus representaciones con las que capta lo fenoménico, la práctica utilitaria de cada día crea "el pensamiento común" que es la forma ideológica del obrar de cada día. Pero el mundo que se revela en la práctica fetichada, en el traficar y manipular, no es el mundo real, aunque tenga la "consistencia" y la "validez" de este mundo, sino que es el "mundo de la apariencia“, de la pseudoconcreción que es un claroscuro de verdad y engaño.

Los hombres usan el dinero y realizan con él las transacciones más complicadas sin saber ni estar obligados a saber que es el dinero. Los hombres en condiciones de orientarse en el mundo, de familiarizarse con las cosas y manejarlas, pero no les proporciona una comprensión de las cosas y de la realidad.

Marx pudo escribir las formas fenoménicas, sustraídas a sus concatenación interna y completamente incomprensibles, quienes determinan efectivamente las condiciones sociales se encuentran a sus anchas, como pez en el agua. Lo que es internamente contradictorio, y su juicio no se escandaliza lo más mínimo ante la inversión de lo racional y lo irracional.

La praxis fragmentaria de los individuos, bajada en la división social del trabajo, en la división de la sociedad en clases y, en la creciente jerarquización de las posiciones sociales que de ella deriva.

La atmosfera espiritual en la que la apariencia superficial de la realidad se fija como el mundo de la supuesta intimidad, de la confianza y familiaridad, en que el hombre se mueve neutralmente y con el cual tiene algo que hacer cada día.

El conjunto de fenómenos que llenan el ambiente cotidiano y la atmosfera común de la vida humana, penetra en la conciencia de los agentes asumiendo un aspecto independiente y natural, en forma el mundo de la pseudoconcrecion.

A el pertenecen:

  • El mundo de los fenómenos externos, que se desarrollan en la superficie de los procesos realmente esenciales
  • El mundo del traficar y el manipular, es decir, de la praxis fetichizada de los hombre que no coincide con la praxis crítica y revolucionaria de la humanidad
  • El mundo de las representaciones comunes, que son una proyección de los fenómenos externos en la conciencia de los hombres, producto de la práctica fetichizada y formas ideológicas de su movimiento
  • El mundo de los objetos fijados, que dan la impresión de ser condiciones naturales, y no son inmediatamente reconocidos como resultado de la actividad social de los hombres.
El fenómeno indica algo que no es el mismo, y existe gracias a su contrario. El fenómeno muestra su esencia y al mismo tiempo la oculta. La esencia se descubre mediante una actividad especial, que descompone la realidad, aparta el fenómeno y así está en condiciones de captar la esencia, pero la realidad es la unidad del fenómeno y la esencia supone en consecuencia un error reducir la realidad a uno u otra. El concepto de la cosa es la comprensión de ella, y comprender lo que la cosa es significa conocer su estructura.

Corresponde a la dialéctica de lo concreto la destrucción del mundo dela pseudoconcreción, que se efectúa como:

1) Crítica revolucionaria de la praxis de la humanidad, que coincide con el proceso de "humanización del hombre”

2) el pensamiento dialéctico, que disuelve el mundo fetichado de la apariencia para llegar a la realidad y a la "cosa misma";

3) la realización de la verdad y la creación de la realidad humana en un proceso ontogénico.
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