Me honra en este día tan especial y para el mundo como es el Día Mundial de la Alimentación, venir a Roma, esta ciudad eterna y destino de todos los caminos como se dijo desde siempre, es un aliciente para cualquier ser humano en el planeta. Es bueno, recordar comenzando estas palabras en Roma, la de los muros eternos, aquel canto de un poeta español llamado Grito hacia Roma, que precisamente comienza diciendo:
Venir además a Europa en estos momentos es para un latinoamericanocaribeño oportunidad propicia para trascender este día especial y esta república amiga y dar un mensaje a la Europa, a los gobernantes de la Europa, a las instituciones de la Europa, a los pueblos de la Europa de parte de nosotros los hombres y las mujeres que en el sur luchamos a veces de manera desesperada incluso por conseguir los caminos hacia la dignidad, por construir los caminos hacia la verdad, por construir los caminos que ya señalaba Cristo hace más de dos mil años, cuando nos decía soy el camino, la verdad y la vida. Así que vaya un saludo respetuoso a la Europa y a todos los países aquí representados.
Venir además a Roma, a Italia y a Europa en estos días de octubre, de este segundo año, de este nuevo siglo, el 21, también es importante porque este año o este comienzo de siglo en mi criterio hermanos y hermanas, indica la entrada no sólo a un nuevo siglo, indica la entrada a un nuevo milenio y más aún indica la entrada a una nueva era.
Una buena escritora estudiosa y también amiga, francesa, publicó hace pocos años un buen libro en mi criterio, que se llama El horror económico, saben que me refiero a Vivianne Forrester, y Vivianne, allí en el pórtico de aquel buen libro señala que el mundo hoy está en una verdadera mutación y que hay una verdadera mutación universal. Yo creo que es así y cuando uno se mueve por América Latina, cuando uno se mueve por América toda, por el Caribe o uno se mueve por el Africa, o por la Europa o por el Asia y más allá también por Oceanía, puede palpar, puede sentir y hasta se puede ver ya algún signo de la mutación en la que estamos en el mundo de hoy.
Venir además este día del 57 aniversario de la creación de la FAO y también del surgimiento del sistema de Naciones Unidas es propicio también para recordar un poco el camino por el que hemos venido transitando, qué camino hemos transitado en el último medio siglo, después de la II Guerra Mundial cuando nos entramos a bombas, bueno perdón, se entraron a bombas –en América Latina no nos entramos a bomba pero sin embargo nos incluyeron en el concepto de una guerra mundial y así se conoce como la guerra mundial aunque no abarcó a todo el mundo, creo que eso de guerra mundial tiene que ver un poco con esa visión nortista del mundo que se ha impuesto desde hace muchos siglos y entonces lo que pasa en el Norte es lo que pasa en el mundo, como si el mundo fuera el Norte y como si el Sur no importara mucho y entonces nos imponen guerras y nos imponen historias, la historia universal es la historia del Norte; la historia del Sur hay que buscarla escondida entre páginas que a veces no existen. La historia del Africa, la historia de la América explotada y colonizada, la historia del Asia, del Sur. ¿Dónde anda esa historia, nuestra historia? Queremos compartirla con la del Norte. Queremos compartir nuestro análisis del mundo, nuestra visión del mundo desde el Sur, desde donde hemos habitado durante siglos quienes Frank Fanon llamó los condenados de la tierra, aunque sabemos que no hay condenados en la tierra porque todos somos hijos de Dios y Dios no condena a sus pueblos.
Oportuno entonces revisar el camino por el que hemos venido, oportuno el momento para decirnos las verdades en el mundo y vuelvo a citar a Cristo cuando nos dice soy el camino, la verdad y la vida; para conseguir la vida debemos descubrirnos las verdades y cuántas mentiras nos decimos hoy en el mundo.
¡Cuánto cinismo hay hoy en el mundo!.
¡Cuánta inversión de valores! –y todos lo sabemos pero pocos lo decimos venimos a las cumbres a aplaudirnos y a decir discursos, unos tras otros y muchos cargados de mentiras que todos aceptamos pero aplaudimos. Cinismo, la ética anda como exiliada en no sé qué desiertos del mundo.
Creo que es momento de decir verdades cueste lo que cueste, es la única forma de conseguir el camino.
Amo al ser humano, no importa el color, la condición social, el idioma y todo lo que decimos, lo decimos con amor por toda la humanidad y lo decimos precisamente por amor a toda la humanidad. No crean los países desarrollados del mundo que por donde venimos caminando o que el camino por el que venimos caminando garantiza la vida futura. ¡No!. Si no reencontramos el camino de la justicia el mundo sencillamente no es viable ni para los ricos ni para los pobres.
Si nosotros no reencontramos el camino de la vida, de la igualdad, de la solidaridad, el mundo en 100 años sería invivible, no habrá paz si no hay justicia, y la paz no se impone con amenazas, invasiones y con bombas; la paz se impone con justicia y con amor y con dignidad y con respeto a la condición del ser humano.
Me parece oportuna esta reunión para hacer estas reflexiones, yo creo que continuación de las reflexiones que venimos haciendo desde Venezuela para el mundo con mucho respeto a todos, pero con mucha crudeza desde hace cuatro años cuando el pueblo venezolano decidió iniciar una revolución pacífica y democrática que está en marcha en nuestro país.
Yo por ejemplo creo que el sistema de Naciones Unidas es necesario estudiarlo y relanzarlo, reestructuralo, creo que como está no es útil para lograr los fines que se propuso Naciones Unidas cuando fue creada en aquel contexto de la posguerra, creo que se ha convertido en un sistema anacrónico para un tiempo que no está a la altura de las exigencias del momento que estamos viviendo en el mundo de hoy. Ejemplos. Voy a poner uno recientemente vivido por nosotros en Johannesburgo “Cumbre Mundial, la llamada Cumbre de la Tierra, como la cumbre suprema de las cumbres, los jefes de estado del mundo y miles de delegados, el desarrollo sustentable”. Y resulta que entonces ocurren cosas sumamente irregulares en las cumbres. Los documentos son preparados por un grupo de técnicos y representantes de los países y expertos en los temas que se van a tratar, pero luego los jefes de estado, los jefes de gobierno llegan a las cumbres y se reúnen en mesas redondas a debatir los temas y a proponer soluciones, diversas soluciones y a pesar de que algunas de esas propuestas de algún jefe de estado pudiera lograr un consenso de la gran mayoría de los jefes de estado allí presentes, y a pesar de que levantan la mano 90% o más de los jefes de estado allí presentes en las mesas redondas resulta que no hay manera de que esa opinión mayoritaria se refleje en las conclusiones de la Cumbre, y entonces uno se pregunta:
Y ¿a qué venimos los jefes de estado? ¿a qué?,
Entonces el mundo que lo manden los tecnócratas y los jefes de estado, jefe de gobierno, representantes de millones subordinados a la tecnocracia, he allí la inversión de las ciencias y las artes el mundo hoy, la política está invertida, la ética está invertida, la lógica está invertida.
El resultado de lo que hemos vivido, resultado de los últimos siglos, tamaña tarea tenemos en el mundo, lograr invertir la nave y retomar el camino si queremos salvar al mundo y no tanto nosotros nuestra generación, salvar a nuestros hijos, y salvar a los nietos de nuestros hijos a los que le estamos dejando un mundo invertido por un camino incorrecto de salvajismo y alejado del humanismo y de los más puros principios de la existencia humana.
Naciones Unidas por ejemplo convocó la Cumbre llamada del Milenio y allí los jefes de estado del mundo firmamos una declaración que muy bien pudiera ser tomada como la constitución del universo, como una constitución, un compromiso asumido. Entre otras cosas recuerdo con preocupación –porque yo firmé también allí que nos hemos comprometido a que en el año 2015, ya lo recordaba el honorable señor Dew, debemos haber reducido a la mitad de la pobreza en el mundo.
Han pasado ya dos años de aquella cumbre y si revisamos lo hecho en dos años y lo proyectamos a los 13 que nos quedan, podremos concluir ni siquiera que nos estamos acercando al objetivo a la meta y no, no es verdad, nos estamos es alejando del objetivo de reducir la pobreza en el mundo, crece la pobreza como huracán asesino en los pueblos del tercer mundo, crece la desigualdad, crece el desmoronamiento de pueblos enteros.
Es necesario que tomemos más conciencia de esto. A veces hay que verle el rostro a la muerte para tomar conciencia de ella. Hay que irse muchas veces a las catacumbas de los pueblos para poder llorar con los pueblos que gimen en este mismo instante de hambre.
Si nos sentamos en cómodas oficinas como burócratas simplemente, si nos limitamos a darnos discursos entre nosotros y hacer análisis de laboratorio y a emitir documentos y nos quedamos allí corremos el grave riesgo de estar diciendo verdades pero no compartiendo realidades.
Hace poco fuimos por Mozambique y tuvimos un contacto directo con África, y a uno le cruje el alma cuando ve aquella realidad.
Hay pueblos del África subsahariana eso lo sabemos, pero hay que verlo para sentirlo más, hay que ver la gente caminando por los campos, hay que ver los niños correteando por entre la pobreza hay que verlo, creo que es necesario verlo para sentirlo con mayor impacto, desde lejos es difícil nunca será igual. Hay pueblos del África con más del 50% de su población infectada por el Sida por ejemplo y no tiene ni agua para un vaso diario.
El último informe del Programa Naciones Unidas para el Desarrollo señala que al ritmo que vamos, reconociendo algunos avances, incluso creo que resaltándolos para darnos optimismo. Al ritmo que vamos dice ese informe anual, harían falta no 13 años que es lo que nos quedan para cumplir la meta impuesta en la Cumbre del Milenio sino 150 años al ritmo que vamos, visto así en frío la línea de tiempo.
No podemos seguir así hermanos, no podemos seguir así hermanas. Creo que el diagnóstico lo tenemos más o menos claro. Ya nuestro Director General nos daba unas cifras, creo que hay suficientes estudios elaborados como base para un buen diagnóstico de lo que está ocurriendo en el mundo, creo incluso que hay planes y proyectos algunos en marcha con grandes dificultades pero una visión estratégica transformadora, creo que está más o menos clara, habrá que seguirla trabajando pero ya hay una claridad en mi criterio mínima suficiente para tomar grandes decisiones, para evitar o para detener este proceso destructivo del planeta que está en marcha. La desertización por ejemplo sigue avanzando por todo el mundo. El ansia del consumismo y el modelo desarrollista ahora salpicado con el veneno del neoliberalismo ha destrozado bosques enteros en el planeta. En Venezuela hay algunos. Yo nací al sur de Venezuela a la orilla de grandes ríos y bosques y sabanas y vi como en la década de los 70 y de los 80 y la de los 90; grandes bosques que existieron hoy son prácticamente desiertos ¿ah?, porque allá llegó la visión del desarrollismo y la explotación de los recursos naturales, explotación irracional porque bien decía Mahatma Ghandi que la tierra tiene suficientes recursos para satisfacer las necesidades de todos. Pero también decía Ghandi
“Que nunca tendrá la tierra suficientes recursos para satisfacer la codicia de unos cuantos”.
Y yo creo que ahí está el meollo de la cuestión. Yo creo que ahí está la raíz del problema. Y creo que también el problema hay que atacarlo en la raíz del problema y creo también que el problema hay que atacarlo en la raíz, si nosotros vamos a cualquier escuela donde formen a los bomberos, por ejemplo, creo que cualquier muchacho de primer año de la Escuela de Bomberos de Roma nos pudiera dar una clase aquí sobre cómo apagar incendios al menos en lo teórico, si está comenzando, y seguramente nos diría que hay que buscar la raíz de la llama, que no se puede apagar un incendio o pretender apagar un incendio respetando al incendiario; la raíz de los males del mundo, la raíz de la pobreza en el mundo, la causa fundamental de que cada día haya más aguas contaminadas en el mundo y haya más desiertos en el mundo y haya más miseria en el mundo y haya más hambre y haya más muerte en el mundo, no es esa que algún señor en el video maravilloso que nos transmitieron decía de que ese es nuestro destino. No, nadie nació condenado, eso es un poco lo que decían los conquistadores y los colonizadores cuando llegaban a nuestras tierras en Africa o en América Latina, le decían algunos a los esclavos manipulando la idea bella de Dios, le decían a los esclavos que ellos habían nacido para esclavos porque eran negros y que no se podían rebelar contra el mandato de Dios porque el Rey era el enviado de Dios a la tierra. No hay condenados, todos somos iguales ante Dios y debemos serlo ante las leyes de los hombres.
¿Cuál es la razón entonces?
En mi criterio la razón que hay que atacar es el modelo económico que se ha impuesto al mundo, es el modelo de explotación que al mundo se le ha impuesto y se pretende seguir imponiendo, el capitalismo salvaje. Ahora ya lo he dicho, envenenado aún más con la tesis del neoliberalismo salvaje, siempre hemos aplaudido las críticas de Su Santidad el Papa y las tesis de la Iglesia Católica en contra del neoliberalismo salvaje. A la América Latina creo que fue uno de los continentes a los que le inyectaron mayor dosis de neoliberalismo salvaje y por tanto mayor veneno y allí estamos los latinoamericanos de tumbo en tumbo y del timbo al tambo, de crisis en crisis. Qué gran república la Argentina y mi buen amigo el presidente Duhalde lo dijo hace unos meses, estaba asumiendo gobierno, la Argentina, dijo y esto duele mucho, porque es un gran país de América y del mundo y hermano país
La Argentina está fundida.
¿Y por qué la Argentina, según Duhalde, está fundida?
Según mi criterio porque le inyectaron la mayor dosis de neoliberalismo que a país alguno en América se la haya inyectado, privatizaron todo. Ah, porque el mercado vendrá a arreglar todo, una mano invisible arreglará todo, el mercado.
¿Y los pobres?
No, no importa, vendrá el goteo del mercado y de manera progresiva los pobres irán saliendo de su pobreza.
¿Y la educación?
No, no, no se preocupe por la educación porque eso hay que privatizarlo, es la solución mágica para el problema, y la seguridad social y las, privatizarlo también. El mercado todo lo arregla.
¿Y la salud?
También hay que privatizarla. Ese es el planteamiento salvaje del neoliberalismo.
¿El Estado?
No, el Estado no debe intervenir para nada en la economía, si interviene es el diablo.
¿El Estado?
No, la política, no, la política retaguardia. Viva la economía. Abajo la política.
Y resulta que la política desde tiempos inmemoriales debe ser la que rige, la que decide, la buena política, la buena política, la polis, la vida de todos. La República, la cosa pública, todo debe estar subordinado a la República, no hay red privada en los conceptos antiguos de la política. ¿Dónde está el libro de la red privada? Es la República, siempre ha sido la República; siempre ha sido la política, pero los neoliberales pretenden echar el concepto de la ética y de la política y como decía Goethe, la guerra, el comercio y la piratería casi siempre andan juntas. Y se nos quieren imponer normas ahora, sobre todo a los países más pobres, sobre todo a los países más débiles, rigurosos con los más débiles; subsidios, no, ¿cómo vas a subsidiar a tus agricultores?, eso viola las leyes del mercado, es decir casi las de Dios. ¿Vas a subsidiar a tus agricultores? No, entonces te sanciono porque estás violando las leyes internacionales, los países poderosos sí pueden subsidiar su agricultura, los países más desarrollados de la tierra le asignan sólo como subsidio a su producción mil millones de dólares por día, cifras del Banco Mundial y hace poco han acordado en algunos países del Norte incrementar el subsidio, pero a los pequeños productores de maíz del Africa, a los productores de algodón de Suramérica, a los productores de ganado de los países pobres no se les permite ser subsidiados porque se violaría las leyes del divino comercio.
¡Qué inmoralidad!.
Eso se llama inmoralidad, exigirle al débil lo que el poderoso no cumple.
¿Es ese el camino?
Sí, al infierno, porque si seguimos por ese camino no bastarán todas las medidas de seguridad que tomen los países desarrollados en los próximos años, no bastarán escudos misilísticos y sistemas de seguridad electrónicas de los más avanzados para detener la violencia que vendría en el mundo si es que seguimos por ese camino, porque insisto en el concepto cristiano y en la palabra cristiana, el único camino a la paz es la justicia, no hay otro camino.
O nosotros reencontramos el camino de la justicia o los caminos que vienen serían, Dios no lo quiera, los caminos de la violencia, los caminos de la guerra, los caminos de la muerte y ese no puede ser el camino de los hijos de Dios, ese no puede ser el camino de este mundo; por eso es que llamamos con crudeza a la reflexión, sobre todo a los que tienen más poder de decisión en el mundo para enfrentar la problemática a fondo, ya lo decía nuestro Libertador Simón Bolívar: las gangrenas no se curan con paliativos, se trata de atacar la raíz del problema si queremos solucionarlo de manera estructural y ciertamente.
Ahora desde Venezuela nosotros creemos que hay que hacer una revolución mundial y le toca a los pueblos empujarla y le toca a los líderes verdaderos interpretar las angustias de los pueblos. Revolución pensaremos, pero qué revolución, en Venezuela modestamente hemos comenzado una, claro enfrentados a los vientos y enfrentados a las mareas. Hace apenas seis meses yo fui derrocado por un golpe de Estado, por un golpe de Estado dirigido por las elites internas y alianzas con factores externos, un golpe de ricos, de las elites que gobernaron a Venezuela durante medio siglo que han abusado de su poder económico, mediático, político, aliados con parte de la elite militar, sólo que ya prisionero ocurrió algo casi milagroso, millones de personas se fueron a las calles con este libro como arma, la Constitución que ese pueblo hizo apenas tres años y que es el mandato fundamental, soberano y legítimo para impulsar nuestra revolución pacífica, nuestra revolución democrática. Millones de personas sin armas, sólo con su coraje y su amor y su Constitución, rodearon los cuarteles donde estaban los golpistas, rodearon el Palacio de Gobierno donde estaba el Presidente de facto auto juramentado y las elites habían vuelto allí a festejar con buen whisky y buen vino su retorno al poder y por resultado en menos de 48 horas ese pueblo me trajo de nuevo, la mano larga del pueblo llegó hasta una isla donde estaba secuestrado y me volvió a mi sitio donde él me asignó una tarea de conducir este proceso y allí estamos impulsando una revolución que está hecha Constitución, como ya les dije contra vientos y contra mareas, una revolución yo diría que la primero de toda es una revolución ética, una nueva ética hace falta. La ética de la hermandad, del amor, de la solidaridad.
En Venezuela estamos practicando, impregnando, inundando los espacios con una nueva ética de la vida dejando atrás el individualismo y el egoísmo, dejando atrás modelos de exclusión, de marginalidad y sembrando y generando una idea de la igualdad de la hermandad, de la solidaridad y creo que por ahí hay que comenzar, una revolución espiritual y moral hace falta en el mundo. Nosotros estamos humildemente haciendo nuestro esfuerzo, y creemos que ese esfuerzo no es solo para Venezuela, creemos que ese esfuerzo pudiera servir de algo en el esfuerzo de los pueblos del mundo por construir un camino distinto un camino alternativo.
Y que por cierto les iba a comentar que en este libro azul que es la Constitución que el pueblo venezolano elaboró y aprobó en referéndum hace tres años, precisamente están contenidos principios fundamentales de la FAO de la seguridad alimentaria, de la necesidad de garantizarle a todo ser humano a todos sin excepción ninguna no importa que sean negros, no importa que sea chiquito, no importa que sea grande, blanco, ojos azules, indio o una mezcla como este humilde servidor entre negro indio no importa nada. Todo ser humano desde el momento en que es gestado en el vientre de una madre tiene derecho a la alimentación eso lo sabemos, pero pareciera que falta voluntad para que eso se cumpla, creo que muchas personas en el mundo se cruzan de brazos ante la realidad pudiendo hacer muchas cosas. Desde ese punto de vista no se es honesto cuando se hace eso. José Martí el apóstol cubano en alguna ocasión lo dijo
“Honesto ¿tú crees que eres honesto? A lo mejor crees que eres honesto porque no has robado a nadie, a lo mejor crees que eres honesto porque no le has hecho daño a nadie.
Pero agregaba Martí en una visión revolucionaria sublime
“No basta hacerle daño a alguien para ser honesto. No basta no haber robado para ser honesto".
No. Y yo lo creo como Martí. Si tu sabes que cerca de ti hay alguien sufriendo y no haces algo por aliviar ese sufrimiento no eres honesto, no te mientas, mírate los ojos en el espejo, haz algo por el hermano que está en dificultad.
Desde ese punto de vista creo que hace falta mucha mayor honestidad en el mundo, porque creo que el mundo puede hacer mucho más por los que mueren de hambre hoy. Cada tres segundos muere un niño de hambre en el planeta. Según las estadísticas del año 2000 las últimas que han llegado a nuestras manos, cada tres segundos muere un niño de hambre en este planeta.
Por cierto les decía que en esta revolución democrática y pacífica de Venezuela, por ejemplo se recoge en el artículo número 2 de nuestra Constitución el mandato supremo del pueblo: Venezuela se constituye en un Estado democrático y social de derecho y de justicia, porque creemos que el llamado Estado de derecho no es suficiente, porque estoy seguro que aquí todos conocen lo que es el derecho injusto. Normas impuestas por los poderosos muchas veces para dominar a los explotados a través del derecho injusto.
Bueno el derecho de Indias que el Imperio de España de los siglos XVI, XVII y XVIII la impuso a los aborígenes de América un derecho, el derecho de Indias pues “si no os sometéis al mandado del Rey serás colgado”, el derecho. Y eran colgados o eran decapitados los negros que se alzaban contra el explotador o los indios que se iban a los campos a luchar contra el Imperio el derecho, hay derecho injusto en el mundo y mucho más de lo que a primera vista pareciera. Por eso en Venezuela hemos querido señalar a nuestra República y a nuestro Estado al que estamos construyendo como un Estado democrático social de derecho y de justicia, porque el derecho lo sabemos debe ser solo un instrumento para la justicia, sino no tendría sentido el derecho. Y más propiamente en torno al tema que hoy estamos celebrando el Día Mundial de la Alimentación dedicado especialmente al agua como recurso para el desarrollo sustentable y para la vida, el artículo 305 de nuestra Constitución recoge lo siguiente, y voy a permitirme leerlo:
“El Estado promoverá la agricultura sustentable como base estratégica del desarrollo rural integral, a fin de garantizar la seguridad alimentaria de la población, entendida como la disponibilidad suficiente y estable de alimentos en el ámbito nacional y en el acceso oportuno y permanente a estos por parte del público consumidor”. Y luego continúa desarrollando el principio constitucional.
¿Qué ha hecho el gobierno revolucionario al respecto?
Sobre todo en los últimos dos años. Entre otras cosas hicimos una Ley de Tierras y Desarrollo Rural, para garantizar el acceso a la tierra a los campesinos y a los productores, y para acabar con la grosera concentración de la propiedad de la tierra en pocas manos en Venezuela. Todavía en Venezuela hay propiedades individuales o familiares de 100 mil hectáreas, y la mayor parte de ellas improductivas y cuánta agua hay allí, cuánta tierra fértil. Ah, pero no, es propiedad privada. Latifundios, concentración de riqueza, mientras la mayoría de los campesinos no tiene una hectárea para sembrar, ni siquiera para producir su propia alimentación y el sustento familiar ¿qué ha pasado?, tan pronto aprobamos la Ley de Tierras. Una ley en el marco de la Constitución entonces los grandes latifundistas de Venezuela se unieron para el golpe de Estado contra el Gobierno.
Hicimos una Ley de Pesca para limitar la salvaje pesca de arrastre que destroza el fondo marino y acaba con las especies del mar por el afán y la codicia del capitalismo salvaje y la ganancia.
Hicimos una Ley de Pesca para proteger y para promocionar la pesca artesanal
¿y qué pasó con los grandes pescadores industriales del arrastre?
Se unieron para incitar a la desestabilización para convocar paros y huelgas y luego para apoyar el golpe de Estado del pasado mes de abril.
Hemos hecho nuevas leyes de financiamiento por ejemplo para normar a la banca privada a que financie la actividad agrícola, porque ahora la banca privada mayormente se dedica a las tareas especulativas. Y la banca abandonó su papel básico y fundamental dentro del modelo capitalista es esto ¿para qué una banca? Para financiar actividades productivas entre cosas, pero no solo para comprar papeles y para especular con la moneda y para secar un país y para llevarse los capitales en donde más ganancias produzcan. Una banca así está desnaturalizada y entonces hicimos una nueva Ley de Bancos para establecer el financiamiento obligatorio a la agricultura. Entonces la tierra, democracia en la tenencia de la tierra; democracia en el capital.
Hemos creado un Ministerio de Ciencia y Tecnología que ha adelantado una serie de proyectos y de apoyo a los Pequeños Productores.
Hemos hecho una Ley de los Espacios Acuáticos, para proteger todo espacio, bien sea fluvial, lacustre o marítimo en el ámbito venezolano para proteger las aguas de la contaminación y el atropello de las grandes empresas y de la población inconsciente que contamina. Venezuela ustedes saben es un país petrolero además, y allá tenemos un lago muy grande el de Maracaibo que ha sido contaminado totalmente, fue contaminado durante el siglo XX
¿Por qué?.
Porque debajo de esas aguas había y sigue habiendo grandes reservas de petróleo pues hace un siglo que comenzó ahí la explotación petrolera y se han muerto los peces, y la población que vive a sus riberas cientos de miles, millones de personas no puede usar el agua del lago, no, porque está contaminada con aceites y petróleo. Recuperar el lago deteniendo la explotación irracional y aplicando miles de millones de dólares nos llevaría una década y hemos comenzado ya con un proyecto de saneamiento del lago en base a una nueva Ley de Espacios Acuáticos. En fin en Venezuela estamos modestamente impulsando esta revolución en el marco de una Constitución, aplicando medidas para democratizar la vida.
Hemos dicho no a la privatización de la educación. Hemos prohibido el cobro de dinero en las escuelas públicas. Se estaba privatizando hasta la escuela pública. Hemos logrado el incremento en más de 40% de la matrícula escolar. Hemos duplicado el presupuesto de la educación, y estamos ya en más de 6% del producto interno bruto.
Hemos duplicado el presupuesto a la salud, y estamos ya por encima del 4,5% del producto interno bruto. Hemos prohibido que se cobre a los enfermos o a los pobres en los hospitales públicos se les estaba cobrando, la tesis neoliberal de que había que privatizarlo todo.
¿Consecuencias de ello?
Algunas consecuencias positivas en un corto plazo.
La desnutrición infantil se redujo en más de un 10%. La mortalidad infantil en Venezuela en estos tres años de revolución democrática, se ha reducido de 21 por mil nacidos vivos a 17 por mil nacidos vivos.
La esperanza de vida según el último informe del Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo se incrementó de 71 años a 71.9 años.
El acceso al agua potable de la población se incrementó en un 15% es decir, más de un millón de personas 1,5 millones de personas tienen ahora el acceso al agua potable que no tenían hace apenas tres años, porque hemos estado construyendo e instalando plantas de tratamiento de agua potable o de tratamiento de agua desde pequeñas poblaciones de 500 personas hasta grandes ciudades de 400 mil personas.
En fin, en Venezuela estamos haciendo un gran esfuerzo para retomar el camino de la igualdad, la dignidad y de la vida.
Fíjense que hemos determinado en Venezuela, que hace falta para llevar agua potable a un pueblo en condiciones de pobreza y de muchas dificultades, el caso nuestro hemos invertido mil dólares por persona en un promedio. La cifra que nos ha recordado nuestro Director General habla de 1.000 millones de personas que no tienen acceso al agua potable en el mundo aproximadamente, bueno haría falta si aplicamos el promedio que producto de la realidad venezolana hemos establecido, haría falta un billón de dólares, es decir un millón de millones de dólares para llevar agua potable a esas mil millones de personas que en el mundo no tienen, si eso lo dividimos en 10 años harían falta 100 mil millones de dólares cada año de los próximos diez años ¿dónde está ese dinero? Acaso con la ínfima ayuda a los países pobres vamos a lograr esta meta, nunca lo lograríamos. ¿Existe el dinero para ello?
Si existe
¿Dónde está? Venezuela ha propuesto ya en dos ocasiones y hoy lo voy a proponer de nuevo, y lo propongo a los gobernantes del mundo, a las instituciones de Naciones Unidas como un llamado angustiado diría yo incluso a tomar decisiones transcendentales de verdad, no se trata de colocar pañitos de agua tibia ante una gangrena o ante un cáncer mundial, hay que extirpar a fondo el problema, el tumor. Hemos propuesto al mundo y Naciones Unidas pudiera ser el motor de esto, que se cree un Fondo Humanitario –no dije monetario porque en español suena, una vez dije humanitario y alguien dijo ¿otro Fondo Monetario? No me dijeron por allá. No. Fondo Humanitario Internacional ¿cómo pudiéramos?
No se trata de un Fondo asistencialista, no se trata de esa visión de la dádiva un pañito de agua tibia para los pobres. No. Eso no es suficiente, a veces incluso es indigno para los pobres que los vean como mendigos, porque más vale la dignidad muchas veces que la misma hambre de los pobres.
La Deuda Externa por ejemplo. He allí una fuente importante, pero nadie quiere hablar de ese tema en el mundo. Los que los hablamos pasamos inmediatamente a una lista de “los chicos malos del mundo”. Bueno a mí que me sigan metiendo en la lista de “los chicos malos”, no me importa. Pero más temprano que tarde si queremos salvar al mundo de verdad, habrá que enfrentar el tema de la deuda externa, la América Latina por ejemplo, esa pobre y explotada América Latina golpeada, aporreada y dominada desde hace siglos, 500 años de dominación tenemos. A la América Latina manos supuestamente generosas le concedieron préstamos desde hace 30 años que sumaron en su momento original entre 600 y 700 mil millones de dólares en aquella década de los 70,y se le impusieron a los pueblos de América Latina condiciones sumamente rigurosas, pues la América Latina en estas décadas han pagado dos veces esa deuda original, y resulta que la debemos igual y mucho más.
Los pueblos del continente no aguantan más ese peso: Argentina, Brasil, México, Venezuela por hablar de las deudas más grandes, Ecuador y muchos otros países de América Latina y el Caribe. Una deuda muchas veces contraída violando las leyes de aquellos países. Muchas veces la deuda ni siquiera ingresó a las arcas nacionales sino que se quedó en círculos externos enriqueciendo a más de un político y a más de un negociante.
Nosotros proponemos que para crear el Fondo Humanitario Internacional en el mundo se decida que un porcentaje importante no se trata del 0,01% no, un porcentaje importante de la Deuda Externa se deje de pagar de los países pobres a los países ricos y se dirija a programas urgentes de alimentación, de producción de alimentos para llevar agua a los pueblos que no la tienen para el consumo, la alimentación, la microempresa, el empleo, para la industria.
Nosotros proponemos por ejemplo nos sumamos a la propuesta entre otros del señor Sigler a quien anoche vimos en París, que se cree un impuesto especial a las grandes transacciones financieras del mundo y que ese impuesto o lo que se recabe por ese impuesto vaya a ese Fondo Humanitario Internacional para luchar ya contra la pobreza que azota a miles de millones en el mundo.
Que se reduzca en términos importantes el gasto militar del planeta pero de verdad, para dirigirlo a un fondo de emergencia mundial para el agua, para la alimentación, para la vida.
Pues bien, he allí algunas reflexiones, he allí algunas propuestas que nos atrevemos con mucha humildad, con mucho afecto, sobre todo basados en un profundo amor por la vida y por nuestros hermanos de todo el planeta. Porque estas propuestas no sólo son para favorecer a los pobres. No. Es para que podamos vivir en paz en este planeta por los siglos de los siglos.
Se ha demostrado científicamente que si algún mago, que si por obra de magia o por arte de magia en este mismo instante cuando son ya el mediodía del 16 de octubre de 2002, si en este mismo instante todos los seres humanos del planeta adquiriésemos el nivel de vida de los países más desarrollados harían falta varios planetas tierras, harían falta por lo menos tres, algunos hablan de cinco planetas igualitos a la tierra para que pudiéramos vivir todos, además con el agravante de que lo destruiríamos a los cinco o a los diez, porque la humanidad en vez de conservar, en vez de construir a través de los modelos que han venido imponiéndose lo que ha venido es destruyendo la vida sobre el planeta y la esperanza de un mundo feliz. La esperanza de la aldea global feliz. La esperanza de los siglos, la esperanza de Dios y de nosotros sus hijos.
Desde Roma, desde donde Bolívar nuestro Libertador y máximo líder espiritual, político, ideológico juró en el Monte Sacro –por aquí cerca hace casi 200 años libertar a Venezuela y unir a Sudamérica para contribuir a la estabilidad del mundo, para contribuir al equilibrio del mundo; desde Roma me he atrevido queridos amigos y queridas amigas aprovechándome de la ocasión y de la generosidad del honorable señor Jack Dew y de todos ustedes, de hacer estas reflexiones para contribuir con ellas al análisis crudo del drama del mundo, pero más allá de eso para tratar de contribuir a abrir los horizontes de la vida para el futuro de todos en este planeta.
Muchísimas gracias y muy buenas tardes.
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