José Sant Roz, Ensartaos, 23/09/2016
Con el varapalo del CNE a la CIA, los gringos han quedado soltando baba. El Departamento de Estado gringo ha tenido en los últimos quince años, treinta y cinco reuniones en el mundo, para lanzar una invasión contra Venezuela. Se han realizado cuatro importantes acuerdos dentro de la OTAN para una acción de tipo relámpago desde algunas islas del Caribe. Expertos gringos, holandeses, españoles, franceses e ingleses han estudiado en Curazao la mejor manera de desestabilizar nuestro país mediante un plan que incluiría fuerzas paramilitares colombianas. En los treinta y tantos vuelos de reconocimiento por parte de la aviación gringa en la Patria de Bolívar, se busca determinar nuestros puntos débiles militarmente, siempre considerando que Caracas puede ser un hueso duro de roer.
No se hacen ya ilusiones los gringos con la MUD.
Conociendo el estilo gringo hay que decir que Andrew Jackson, Presidente de EE UU (1829-1837), proclamó que el método ideal para adueñarse de un territorio es ante todo ocuparlo y una vez dado este paso, entrar en tratados, en acuerdos y negociaciones. Así despojaron a México de casi todo su territorio.
Esta técnica fue mejorada por la CIA, se usó contra Allende y es la que consideran como la más apropiada, actualmente, en el caso venezolano. Cuando en Venezuela repuntaba la economía a finales del 2001, se lanzó una huelga general, se fue tensando la cuerda contra el gobierno para que perdiera popularidad y luego proceder a dar el golpe de gracia. Si las cosas se ponían cruentas con el pueblo en la calle, y ellos asesinando gente, inmediatamente propondrían una mesa de negociaciones (donde la oposición estaría representada por la CIA). Al tiempo que se “negocia”, a la nación se le monta en un potro de tortura y se le tensa con locura para que reviente y ceda ante las presiones internacionales.
En el año 2002, cuando el terco gobierno de Chávez se negó a caer, la CIA, a través del embajador Charles Shapiro, dio la orden de que se ejecutara el paro petrolero. Un pavoroso paro que duraría tres meses. Lo que se le escuchó a Shapiro en su ira fue: “Vamos a ver, chusma inmunda, si es verdad que eres fuerte”.
Nunca se ha visto en la historia de América Latina un acto de mayor violación de los derechos humanos que ese criminal paro que produjo centenares de muertes por ataques cardíacos y tensión nerviosa, familias enteras quemadas por guardar gasolina en sus casas, y en particular debo hacer mención del caso del notable matemático Jesús González de la ULA, quien se arriesgó a trasladarse a Maracaibo para pasar las navidades con su señora madre, y en Valera al no conseguir carro fue asesinado vilmente. En esos días, esa CIA incrustada desde hacía años en el movimiento estudiantil merideño, llenó de pintas a la ciudad con letreros que decían “No a las clases”, y de esa horrible degeneración surgió un movimiento llamado conformado por profesores “Gente de la ULA”, para imitar a “Gente de Petróleo”.
Aquellos primeros intentos de invasión, fueron frenados por la genial actividad del Comandante Chávez. Todos tuvieron que recular: OTAN, Aznar, Bush, OEA, ONU,… pero hay que decir que los planes para atacar siguen en pie, y cada vez se tornan más peligrosos. Alerta, camaradas.
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