lunes, 30 de marzo de 2015

Qué hacer, asistiendo a la VII Cumbre de las Américas

 Carlos E. Lippo, 25/03/2015
La Cumbre de las Américas es una reunión de jefes de estado y de gobiernos de la América, auspiciada por la Organización de los Estados Americanos (OEA) que viene celebrándose cada tres o cuatro años desde diciembre de 1.994 con el objetivo declarado de “diseñar una estrategia común para intentar resolver los problemas del continente”. Han venido participando en esta instancia todos los estados independientes de América, con la excepción de Cuba que fue expulsada de la OEA en 1.962, con el vergonzoso voto favorable de Venezuela, gobernada en aquellos aciagos días a través de aquel cipayo de uña en el rabo, fundador de Acción Democrática, que se llamó Rómulo Betancourt Bello.

Es opinión de muchos, compartida por mí, que la cumbre de marras fue creada con el propósito de lograr el consenso hemisférico para adelantar la implementación de aquel engendro neoliberal que se llamó el Area de Libre Comercio de las Américas (ALCA), con el cual se pretendía subordinar legalmente las economías de todos nuestros países a las exclusivas necesidades del imperio, sumiéndonos de nuevo en la larga noche neoliberal de la cual algunos pueblos estábamos comenzando a salir.

Si fue éste o no el propósito de su creación no es lo relevante. Lo relevante es que fue en una de estas cumbres, la IV, celebrada en Mar del Plata, Argentina, en noviembre de 2.005, que se logró enterrar para siempre el ALCA, por iniciativa de El comandante Eterno, con el decisivo concurso de aquellos auténticos gigantes políticos de Nuestra América: Néstor Kirchner y Luis Inácio Lula Da Silva. Frescas están en la memoria popular las encendidas palabras del presidente Kirchner en medio del debate: “…no aceptamos que vengan aquí a  patotearnos…”, en alusión directa al atropello que intentaban llevar a cabo las delegaciones de los Estados Unidos y el Canadá, las cuales habían coleado el tema en la agenda con la lacayuna complicidad de Méjico, Panamá y Trinidad & Tobago, así como la vertiginosa huída del salón de sesiones del derrotado George Walker Bush, todo ello transmitido por televisión en vivo y directo.

Tengo totalmente claro que estas reuniones al igual que otras instancias y mecanismos de este“Ministerio de Colonias de los Estados Unidos”, como dijo El Che que llamaban los pueblos a la OTAN, en su vibrante discurso ante la Asamblea General de la ONU de fecha 12 de diciembre de 1.964, estando como efectivamente lo están, manejadas por el imperio, con el apoyo y la complicidad del funcionariado profesional de la organización y unos cuantos estados débiles y cipayos, han venido sirviendo para casi nada, como ha quedado evidenciado por los pobres resultados de las dos cumbres siguientes a la de Mar del Plata: la V, celebrada en Trinidad & Tobago 2.009, que sólo es recordada por el “yonofuísmo” de Obama quien suplicó hipócritamente que no le cobrasen los desafueros de quienes le antecedieron en el cargo y por el gesto entre folclórico e irreverente de Chávez al regalarle, para muy buena suerte del Camarada Eduardo Galeano, el libro “Las Venas Abiertas de la América Latina” y la VI Cumbre, de Cartagena de Colombia 2.012, que terminó con la advertencia de “no más convocatorias inútiles sin Cuba”, que pese a que su sanción había sido revocada en 2.009 no fue invitada por el cachaco Santos para no contrariar a los amos del norte y sin una resolución final de consenso, habiendo transcurrido en medio de las dignísimas ausencias de Rafael Correa (Ecuador) y Daniel Ortega (Nicaragua) motivadas por no haber sido invitada la hermana República de Cuba. Será recordada también esta última cumbre por los escándalos públicos protagonizados por miembros del equipo de seguridad de Obama que ante la inmunidad que les otorga el Plan Colombia se comportan en su territorio como los supervillanos de las tiras cómicas gringas.

Para la VII Cumbre a ser celebrada en Panamá los días 10 y 11 del próximo mes de abril, el gobierno del estado anfitrión ha tenido el tupé de proponer que se deje de lado temas políticos espinosos como el de las sanciones a Venezuela y que “los líderes del continente se concentren en acciones para alcanzar la equidad”. En efecto, la viceministra de Asuntos Multilaterales y de Cooperación de Panamá, María Luisa Navarro, señaló el pasado 18 de marzo que de hecho no habrá una declaración como tal al final de la cumbre ni alusiones a temas políticos, según recoge un despacho de AP (1). En la misma ocasión explicó que se estaba trabajando en un documento técnico con ocho ejes temáticos que tienen que ver con salud, educación, energía, infraestructura, participación ciudadana, gobernabilidad democrática, migración y seguridad,  de los cuales siete cuentan ya con el consenso hemisférico. Es decir, para este vergonzante gobierno es perfectamente factible desarrollar tranquilamente semejante agenda en momentos en los cuales no sólo Venezuela sino toda la patria latinoamericana se encuentra en riesgo inminente de ser subyugada militarmente por el imperio, dejando de lado de paso, el hecho de que ha sido su propio territorio el escenario de la más reciente y cruenta invasión gringa en el continente, con saldo de más de 3.500 de sus connacionales masacrados en diciembre de 1.989. ¿Estarán creyendo estos ilusos cipayos que el haber prestado vergonzantes servicios al imperio en los últimos años tales como: el haber salido en defensa del ALCA en la Cumbre de Mar del Plata; el haber indultado a Luis Pozada Carriles, convicto y confeso en la voladura del avión cubano y el hostigar permanentemente a nuestro gobierno en el seno de la OEA con acciones como haber nombrado a María Machado como su representante alterno para montar el típico show opositor en el Consejo Permanente de esa organización, los vacuna contra otra intervención militar gringa? ¿Pretenderán además que no se solicite la suspensión inmediata del criminal bloqueo a Cuba, vigente todavía a pesar de las “buenas intenciones” mostradas por Obama en diciembre pasado y de que viene siendo condenado en las más recientes reuniones de la Asamblea General de la ONU por más del 98 % de sus miembros? ¡¡Todo un despropósito y un profundo irrespeto a las naciones afectadas!! Qué inmensa falta hace el Comandante Omar Torrijos Herrera, mártir y líder de la traicionada revolución panameña quien logró recuperar la soberanía del canal obligando a firmar los tratados Torrijos-Carter y arengaba a su pueblo plantándose frente al imperio con la valerosa consigna:“De pie o muertos, nunca de rodillas”.

La consideración de hechos como éstos fue lo que hizo que en un artículo anterior (2) plantease la conveniencia de no asistir a la cumbre panameña en el caso más que probable de que Obama no derogase su nefasta orden ejecutiva en contra de nosotros antes de la celebración de la misma, pues estimaba por una parte, como todavía sigo estimando, que la conducta del anfitrión gobierno panameño cohonestada por el Secretario General Insulza, quien estando ya de salida tiene aún chance de seguir jodiéndonos hasta el 25 de mayo, y secundada de forma más o menos activa por unos cuantos gobiernos cipayos, habrá de ser de absoluto saboteo a los planteamientos de nuestra delegación en el seno de las sesiones y por otra parte, los dispositivos de seguridad del cuasi emperador Obama muy probablemente harán nugatorios nuestros esfuerzos por hacerle entrega física de los mucho más de 10 millones de firmas que le solicitan la derogatoria del decreto. Sin embargo considero ahora, sin condicionantes de ninguna especie, que debemos estar presentes en esa cita hostil, no sólo para retrasar en algo el reloj de la invasión, beneficio nada desestimable desde luego, sino porque nuestra sola presencia encerraría un carácter subversivo sumamente auspicioso para el intento de hacer prevalecer nuestra posición.

La tarea de hacer incluir nuestro punto en una agenda que inicialmente no lo contempla o en todo caso la de hacernos oír en el seno de la cumbre, si es que en definitiva lo incluyen, en medio de las vergonzantes maniobras de ese patético perro de presa del imperio, connotado “sociolisto”, que ha resultado ser el secretario general en ejercicio, habrá de ser titánica, sin duda mucho más cuesta arriba que la que enterró al ALCA en la Cumbre de Mar del Plata, pues en aquella oportunidad la delegación anfitriona no sólo que no era hostil, sino que estaba presidida por Néstor Kirchner. No importa coño, la sola presencia digna, valiente y consecuente con sus pueblos de nuestros actuales gigantes: Cristina, Dilma, Maduro, Castro, Ortega, Correa, Morales y Tabaré Vásquez, único de los “enterradores” del ALCA presente ahora, con la carga histórica de estar sustituyendo al Pepe Mujica, gigante de gigantes, debe ser suficiente para demostrar al imperio y sus aliados que deben cejar en su empeño inmiscuirse en nuestros asuntos internos y que una agresión a la Patria de Bolívar y Chávez no habrá de quedar impune, que es en principio de lo que se trata.

Si lográsemos suficiente apoyo para una propuesta que al menos recogiese los aspectos esenciales de la propuesta acordada por los países miembros de la ALBA-TCP en la reunión cumbre del 17 de marzo celebrada en Caracas (3), la cual sintetiza y complementa la declaración de UNASUR de fecha 14 de marzo (4), estaríamos dejando completamente aislado al imperio y muy probablemente forzaríamos a Obama a comportarse de la misma forma que Bush lo hizo en Mar del Plata. Sin embargo, tal cosa no es lo previsible ya que tanto el país anfitrión como el funcionariado de la OEA, a no dudar harán todo lo que tienen a su alcance, incluyendo dar una patada a la mesa para ahorrarle este trago amargo a su amo.

En cualquier caso debemos ser capaces de lograr que el gobierno de la República de Panamá, como anfitrión de la VII Cumbre garantice el normal funcionamiento de los foros alternativos, en especial el que tendrá lugar en la Universidad, en una de cuyas mesas de trabajo se recordará la invasión imperialista a Panamá. Y es que paralelamente a la cumbre oficial se tiene prevista una Cumbre de los Pueblos, que tendrá lugar del 9 al 11 de abril y en la cual tomarán parte los sindicatos y organizaciones sociales de Nuestra América debidamente acreditados, con un temario sin duda alguna más interesante que la agenda oficial que se pretende imponer, contentivo de aspectos tales como: el proceso de integración ante la arremetida imperialista; la preservación del territorio de la América Latina como región de paz ante las bases militares norteamericanas; el bloqueo económico, comercial y financiero a Cuba, todavía vigente y la ofensiva económica, política y mediática contra Venezuela cuyo clímax viene a ser la decisión de Washington de considerar a Venezuela como una amenaza a su seguridad con las implicaciones que una decisión de esta naturaleza conlleva. No resulta nada difícil imaginar cómo habrá de quedar parado el imperio después de clausurada esta cumbre que sí tendrá una declaración final a diferencia de lo que el gobierno del país anfitrión prevé para la cumbre oficial.

¡Obama derogue ya la Orden Ejecutiva del 09 de marzo de 2.015!
¡No somos una amenaza, somos esperanza!
¡Cese ya del criminal bloqueo a Cuba!
¡Cada hora que transcurre con una Cuba bloqueada representan sesenta minutos de vergüenza para América! (General Omar Torrijos Herrera).


25/03/2.015
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